Al ritmo que van las cosas es posible que esta noticia ya sea vieja, pero me parece interesante anotarla, aunque sea para cuando ocurran más situaciones parecidas. Nos decían en Exclusive: White House sets deadline for purging TikTok from federal devices, esto es, que la Casa Blanca estaría dando plazos concretos a las agencias gubernamentales para que la conocida apliación china, TikTok, se desinstale de los dispositivos federales.

Y me llama la atención por varios motivos: parece claro que si el dispositivo lo paga el gobierno debería estar sujeto a determinadas restricciones (y no hablo sólo de aplicaciones, sino también de usos); y no creo que esto deba interpretarse como censura o limitación sino porque, probablemente, ese dispositivo se utiliza para cuestiones que pueden ser delicadas (¿datos y asuntos personales de ciudadanos?) y parece razonable tener controlado qué puede terminar habiendo allí. Siempre me ha sorprendido la liberalidad con que mucha gente critica la nube (o las nubes) y luego utiliza sin ningún problema las diversas herramientas de mensajería instantánea para los asuntos con mayor necesidad de discrección. En nuestro contexto estoy pensando, por ejemplo, en WhatsApp.
Sin olvidar que una organización puede gestionar sus dispositivos y controlar lo que se instala y lo que no en ellos (Gestión de Dispositivos Móviles, MDM en inglés) que parece que resolvería el problema sin tener que poner fechas límite ni nada parecido.

Lo que me lleva a la segunda cuestión que debería preocuparnos y es que, típicamente, esas agencias no tienen capacidad para realizar ese control: probablemente los beneficios de la tecnología superan a sus inconvenientes y no siempre se invierte de la manera adecuada en la gestión de la misma, llevando a 'soluciones' como esta.

Finalmente, claro, EEUU está hiperventilando mucho con el tema de TikTok (una empresa china) comiéndoles la tostada (las redes sociales mayoritarias eran de origen estadounidesnse hasta ahora) y, seguramente, tal vez, a lo mejor, están pensando que los chinos harán cosas que ellos mismos hacían con los dispositivos de países enemigos.

No sé muy bien con qué quedarme, pero siendo positivos, creo que es una buena noticia que alguien por fin comience a analizar qué debería haber (y qué no) en un dispositivo de una organización gubernamental y seguramente eso redunde en que nuestros datos (los de los estadounidenses, en este caso) estén más seguros.

Aparentemente es algo que también han hecho algunas organizaciones canadienses y europeas. Pero estas, me pregunto yo, tal vez deberían prohibir alguna aplicación más.

Esta gestión haría nuestra vida más incómoda durante una temporada, sin duda, pero también favorecería (probablemente) la aparición de ecosistemas más locales donde (tal vez) podrían desarrollarse ciertas industrias de las que ahora carecemos.

Como ejemplo reciente, el 'asalto' a Twitter por parte de su nuevo 'patrón' podría haber sido un buen momento para establecer (y empezar a mantener y gestionar) infraestructura propia con servicios similares.

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