Sobre la suerte de estar donde estamos
Había olvidado esta historia, pero las guardo para ponerlas aquí cuando las recupero. Me tocó cuando la vi en su momento, y me vuelve a tocar ahora cuando la releo.
La cosa va de lo casual que es todo. Un día encuentras a alguien, resulta que podría ser el amor (el colaborador, la amiga, el/la ...) y de pronto puede desaparecer. Eso también podría pasar, naturalmente, con cualquiera de los que tenemos cerca ahora y ya apreciamos/queremos.
David Kadavy nos cuenta en Our first date was perfect, then she died como conoce a una chica a través de internet, pasan una tarde (o lo que sea) estupenda y por algún motivo no pueden volver a verse durante unos días. Siguen enviándose mensajes hasta que un día ella deja de responder. Cuando encuentra a una conocida común, se entera de la muerte de su nueva amiga.
When I see people treat each other flippantly, like e-commerce items they can customize with a swipe, I wish they could learn what I learned from Beth: Whenever I'm tempted -- by what I think I want from the world -- to forget someone's humanity, or to fool myself into shying away from a real connection, I remember Beth's blazing blue eyes, patiently locked with mine, awaiting my response.
El caso es un poco extremo pero me hace pensar en esos blogs que añadimos al agregador (o 'amigos' que añadimos en cualquier red social) que de pronto dejan de actualizar y no nos damos ni cuenta (¿quién tiene tiempo de pasar lista?). A veces añadimos a alguien y después de un tiempo no sabemos ni por qué.
La vida sigue, nos arrolla y vamos dejando al lado o de lado a gente sin llegar a conocerla realmente.
La vida sigue.
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