Quiere la casualidad que justo el fin de semana que el ministro Wert se ha puesto en plan contable y (entre otras cosas) ha cambiado por Real Decreto Ley nuestras supuestas obligaciones para con la docencia, llegue en mi pila de lecturas pendientes a un par de textos relacionados con el tema pero en sitios donde se supone que lo hacen mejor que nosotros (¿o no?).

La cosa surgió en Do college professors work hard enough? que viene a decir que los profesores en EEUU cobran mucho (casi tanto como sus colegas profesionales -de otras profesiones, se entiende-) y trabajan poco (15 horas de clase a la semana, durante 30 semanas al año, según el autor).

En Faculty Workload and the Cost of Universities hace reflexiones interesantes sobre el tema Eugene Wallingford que trabaja en una de las universidades docentes de por allá (recordemos, lo hace él, que allí hay un sistema basado en las 'gloriosas' universidades de investigación, las universidades docentes y los 'colleges'.

Según él, las impresiones serían:

1. Yes, some faculty work too little.
2. Most faculty work more than he seems to think.
3. Changing #1 is hard.

Que, traducido sería:
- sí, algunos profesores trabajan muy poco,
- la mayoría trabajan mucho más de lo que la gente parece pensar
- cambiar el primero es muy difícil

Creo que el análisis no tiene que ir mucho más allá pero sorprende lo parecido que es a lo que se piensa de aquí y las medidas adoptadas.
Y el párrafo dedicado al punto tercero es bastante interesante:

That brings us to #3. Changing a culture is hard. It creates uncertainty. When expectations have been implicit, it is hard to make them explicit in a way that allows enforcement while at the same time recognizing the value in what most faculty have been doing. The very word "enforcement" runs counter to the academic culture, in which faculty are left free to study and create in ways that improve their students' education and in which it is presumed faculty are behaving honorably..

Cambiar una cultura es difícil (allá será por la vía de las restricciones económicas, aquí a través de un Decreto Ley y lo que estemos dispuestos a pelearnos entre nosotros o contra el gobierno).
Por cierto, que lo del dinero va en serio, claro: University of Florida Eliminates Computer Science Department, Increases Athletic Budgets. Hmm..

Sobre los cambios aquí leeremos en los próximos días pero ya vi un par de
comentarios en:

Joaquín Sevilla sobre la Dedicación del profesorado universitario que hace un buen análisis de la transforación de los tan nombrados sexenios de investigación (que pasaron de ser un 'premio' -entre comillas por la cantidad de dinero que se percibe- a un filtro y ahora tendrán consecuencia directa en nuestras horas de clase). No habla Joaquín, pero allí detrás queda también, el absoluto abandono por parte del Ministro de otros temas relacionados y no 'sexeniables' (¿he oído trasnferencia? ¿proyectos con empresas?) y no tan relacionados, como profesores excelentes con dedicación completa a esos temas que ahora se verán premiados con ... Más horas de clase.

Otra aportación sería la de Esteban Romero en Tormenta perfecta en la universidad que se mete más en la numerología de la cosa (eso sí, nos recuerda a la comisión de expertos, que antes de actuar ya se encuentra con una modificación de las condiciones de contorno).

Técnicamente, la ley tiene sus puntos oscuros (o poco claros):

- Habla de ECTS, cuando esa medida tiene que ver con el estudiante, y no con el profesor. Habrá que traducirla (¿primer punto para poder enredar?).
- ¿De verdad un profesor titular con 3 sexenios -y, por lo tanto con 16 ECTS de clases- va a llegar a catedrático y tener que volver a dar 24 ECTS?.
- ¿Y las figuras de profesores no funcionarios? Aparte de ser el sitio obvio por donde recortar si con esta medida numerológica aparecen necesidades docentes cubiertas y por lo tanto exceso de personal. ¿Ellos seguirán (los que queden) con sus 24 ECTS? Habrá que despedirlos, claro, pagando las indemnizaciones.

El fin de semana los correos han estado circulando y por la mañana los sindicatos (el finde es sagrado) han empezado a reaccionar. Incluso algún rector ha emitido su comunicado: Desmedidas para las universidades de Juan Jiménez Rector de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.

Ya veremos, pero las prisas son malas consejeras y no hacer los números con cuidado puede llevar a situaciones de crecimiento en algunas áreas y universidades que no se compensarán (o sí, quién sabe) con los despidos (o adaptaciones).

Ya nos ha pasado en vidas anteriores lo de ver que no somos tan diferentes de los EEUU, como podía verse en Educación pública en crisis.

Por supuesto, si no hay dinero hay que ver qué se hace y cómo, pero no se yo si con numerología y titulares basta.

Etiquetas: educación, universidad, comparaciones, EEUU, usa, trabajo, profesores, reducciones, dinero, futuro, leyes

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