Hace algunas semanas leíamos como Mark Zuckerber, el creador de Facebook hablaba de la edad mínima para entrar en redes sociales: Zuckerberg: Kids under 13 should be allowed on Facebook. Estando esencialmente de acuerdo con él, por varios motivos, dejé pasar la historia esperando tiempos mejores. Pero leyendo la entrada de Martin Sutherland en Google made my son cry que abunda en pensamientos parecidos a los que yo tenía, me decido a ponerlo.

La historia de Sutherland será típica para muchos padres con hijos: su crío tiene una cuenta de Gmail desde hace un par de años, que utiliza para comunicarse con diversos miembros de la familia (abuelos fundamentalmente, pero también el chat con sus padres, etc. etc.)

El problema es que las condiciones de servicio del sistema de correo no permiten el uso a niños menores de 13, pero no lo pregunta. El muchacho, cuando recibe el acceso a la nueva red social, Google+, pone su fecha de nacimiento y a partir de allí se desata el desastre: cuenta bloqueada por violación de los términos de servicio, 30 días para demostrar que tiene la edad adecuada y si no, perderá la cuenta de GMail (con sus correos y todo).

El resumen es que un padre que ha abierto una cuenta de correo para su hijo en una edad en la que puede enseñarle y ayudarle a manejarse mejor por la red (alguien que tenga un niño de 13 años o más sabe que en esas edades ya no es tan fácil sentarse juntos a navegar por su red social favorita) no puede hacerlo de manera legal.
Es más, como no es legal, si el padre decide apoyar a su hijo en la navegación, le ayudará a saltarse la restricción (¿poniendo una fecha falsa de nacimiento?).
Si no le apoya, es bastante probable que se la salte solo y engañe al proveedor del servicio y a su propia familia (con lo que se reduce la posibilidad de ayudarle a aprender a manejarse en esos entornos).

Estas leyes son parecidas a las que prohiben el spam, supongo: parece que hacemos algo, pero en realidad lo único que hacemos es decir lo que no se puede hacer y, si pillamos a alguien, le damos un palo.
El spam no cesa, los menores en la red (muchas veces sin control paterno) tampoco, pero no sentimos tranquilos pensando que hemos legislado como debíamos.

¿No sería mejor permitir a los menores en las redes sociales con permiso paterno? (Y entrarían cuando todavía son suficientemente inocentes para pedirlo, y en ese tiempo podríamos enseñarles y prepararles para cuando, de manera natural, quieran navegar en solitario.

Por cierto, hay una nueva entrada sobre el tema en Alex and google, followup.

Etiquetas: niños, internet, leyes, 13, años, edad, legal, aprendizaje, enseñanza, entrenamiento, padres, familias, mentiras

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