Siempre me he preguntado si tendría sentido un modelo de cine en el que mediante algún mecanismo se vota la película que van a poner un día concreto a una hora determinada: ¿quién no estaría dispuesto a pagar por volver a ver aquella película que tanto le gustó en una pantalla grande con un buen equipo de sonido? ¿qué propietario de una sala no estaría dispuesto a poner la peli si supiera que iba a tener una audiencia razonable?

Hasta donde yo se, nadie ha probado modelos de este tipo, pero me han recordado la idea el artículo Home economics and the spectrum crunch donde se habla de una tendencia de los EEUU, donde parece que en épocas de restricciones presupuestarias en las familias, hay gente que prescinde de la televisión por cable.
Hasta nombre les han puesto, los 'cord cutters', corta-cables.

Parecería poco interesante si no fuera porque eso tiene un efecto rebote: en un contexto en el que parecía que el espectro ocupado por las televisiones podría emplearse para otras cosas porque perdía su uso a manos de la televisión por cable, las ondas vuelven a ser necesarias.
Incluso había planes de favorecer la liberación de las ondas con una devolución a las cadenas que renunciaran a su parte de una parte del beneficio obtenido por su venta (que no puede hacerse libre, sino que hay un organismo que se ocupa de ello).

El caso es que, volviendo al ejemplo del cine, el autor se pregunta si no tendría sentido organizar difusiones televisivas para grabar: internet sigue sin ser un medio adecuado para la transmisión de uno a muchos y se pregunta qué pasaría si las cadenas de televisión se hicieran amistosas hacia las grabadoras y trataran de monetizar las 'horas bajas' (¿qué tal transmitir una peli como las que describíamos arriba con el objetivo de que la gente la grabe y la vea luego? ¿o programas de nicho?
Tal vez mediante mecanismos de pago, tal vez mediante publicidad que, seguramente, sería mejor que la que actualmente se emite en ese tipo de horario).

Etiquetas: televisión, tv, cable, difusión, ondas, dinero, modelo, negocio, crisis, economía

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