Creo que sobre esto ya hablamos en persona la última vez que nos juntamos. El ciclo de las redes de este tipo para mí (desde fuera y como simple usuario) es siempre igual. El acceso nace restringido y por medio de canales donde en cierto modo los miembros ya están vinculados por compartir algo. Así está bien, pero con el tiempo se abre, la comunidad crece y se pierde el control. Las invitaciones fluyen libremente y sigue creciendo. Al final, el núcleo de gente que te podría interesar está perdido en la inmensidad de la comunidad, y es difícil contactar. Ya no tiene sentido estar ahí porque se ha masificado demasiado.

Además, creo que hay demasiadas redes sociales, si quiero estar vinculado con la gente que conozco me veo obligado a estar (y mantener la cuenta y estar al tanto) en varias. Para mí no hay diferencias significativas y con una seria suficiente, pero cada uno quiere la suya, así que recibo muchas invitaciones a las que no hago caso porque me quita mucho tiempo, empieza a cansarme. Parece que hay personas que casi les parece ofensivo que ni respondas a la invitación, luego encima acabas quedando mal.

Pero, si lo piensas, pasa lo mismo con el correo electrónico, con el móvil... Es útil hasta que se hace tan abundante y excesivo que no sabes si lo que vas a recibir por allí tiene suficiente interés como para compensar el esfuerzo correspondiente.

Hay que ser cenutrio para pensar que se habla solo con los cuatro amiguetes. Hoy en día, eso no es cierto casi en ninguna circunstancia.

Diría que estás llamando cenutrio a un porcentaje medio-alto de internautas :). Somos muy malos a la hora de valorar/proteger nuestra intimidad en la red...