Habitualmente Idoia, cuando paseo por la calle me encuentro con personas que me miran con un odio terrible sin saber por qué, porque no les conozco ni les hice nada, simplemente por escribir la verdad en los periódicos, en los blogs de Intenet, o por mis apellidos vascos. Y si pudieran hacerme daño o incluso agredirme sin tener consecuencias para ellos, lo harían sin ninguna duda. Por pensar diferente, por ser distinto, cuando ven a alguien que les sobrepasa se vuelven agresivos, algo propio de la estupidez que llevan encima. Son gentes con limitados recursos intelectuales, muy desamparados aunque reflejen suficiencia y fuerza bruta a los demás, van buscando protección por su debilidad agrediendo. Quieren que los que conocen caigan cuando ellos caen, no entienden que lo difícil es mantenerse aunque estén mal los demás. No se dan cuenta que odiar a alguien que piensa diferente, es de mentes estúpidas, lo malo es que no tienen ningún tipo de ideas, y rechazan al que las tiene, y que lo único que consiguen con su actitud es hacerse daño a sí mismos... Esta es la mayor catástrofe de nuestra sociedad, y la mayor parte de las veces me río de tanta estupidez, por no llorar.
La sabiduría, la valía, y cualquier otra virtud que ensalza a una persona, son como comedidas reservadas para los que las pueden entender, fuera de las posibilidades de los estúpidos, y que únicamente se pueden valorar con el trato cercano o en la esencia de la intimidad. La gente estúpida tiene miedo a darse a conocer, les genera más angustia y debilidad, se sienten vulnerables y se esconden, de esa forma nunca pueden llegar a apreciar a las personas que valen de verdad. Incluso se requiere ser un poco culto para percibir la sabiduría que los estúpidos confunden con pedantería o fanfarronería, al igual que es preciso ser un poco amable para deleitarse con la bondad. Por el contrario, la estupidez, la ignorancia o la falta de educación siempre son escandalosas, descaradas
y pueden ser infinitas. ¿Dónde se fue aquella maravillosa sensación del tacto y la sensatez para hablar y obrar? ¿De aquel saber estar, descubriéndose poco a poco con firmeza, pero siempre en función de las distintas situaciones? Muchos deberían mejor pasar desapercibidos porque no tienen nada bueno que mostrar más que desplegar sus miserias humanas, son en general aquellos más cautos los que más deberían manifestarse, porque es de sabios discretos simular todo aquello que no se puede solucionar. Lo primero que hace un niño desde que nace para llamar la atención es llorar, y berrear para que le hagan caso. Como estamos en un mundo de adolescentes perpetuos, no hacen más que llorar para conseguir lo que pretenden, porque el que no llora no mama es algo consustancial con la estupidez humana. Aquí nadie crece, sólo envejece, lo único que parece que atrae es el escándalo y el mal gusto, y cuanto más mucho mejor.
No sólo vivimos en un mundo de estupidez generalizada sino en una época de preadolescencia permanente, de cinismo estúpido, del mal gusto e incompetencia profesional. La gente se afilia en una orgnización política, a una asociación, a una ONG, o en club, me es igual si es de ecología o naturismo. Luego entra en una calificación de minorías, como ser mujer, rojo, facha, gay, machista, feminista, vasco o españolista, y en lugar de aprender y dignificar el grupo, lo único que hacen es vivir de la imagen de la firma que pertenece porque posee poder. Es decir que salen adelante y se colocan con buenos puestos y se hacen con una cifra mensual estable gracias a que poseen un carnet de algo para tener preferencia sobre el resto que no pertenecen a nada. Y cuando se está dentro de un partido político o sindicato, tu identidad, tu valía, tu preparación, tu lealtad están asociadas con el grupo al que perteneces, antes de que con tus conocimientos, tu capacidad de trabajo, o tu propia dignidad como persona, que es secundario. De esa forma, los valores que tienes son los que tú valores, no existen clichés. Todos vivimos en la selva en estado permanente de estrés, la técnica de guerrillas en la vida cotidiana es lo que prevalece, en el mundo del trabajo, en las relaciones sociales y familiares, incluido en la cama y el amor, son el primer axioma por lo que se mueve todo, un campo de batalla... No hay descanso, la lucha es permanente, y el que se descuida le acaban dando por detrás tanto le guste como no.
¿Cuál es el colmo de la estupidez humana?... Aquellos que están chupando del bote gracias a sus contactos personales y políticos, o que son hijos de alguien, y no quieren o ponen impedimentos para que otros chupen del bote del sistema también... Ponen todos los problemas, dificultades, manipulaciones, calumnias de su parte para evitarlo. Hacen cosas increíbles sin justificación y sin causa, sin ningún razonamiento lógico para conseguir que no se lo lleven los demás. Les culpan por no mamar del sistema, que es una de las mayores estupideces que existen. Son enemigos acérrimos de personas que no les han hecho nada, únicamente porque desean hacer y tener lo mismo que hacen y tienen ellos, y se ponen en contra, ya que no quieren que se lleven una cantidad todos los meses que les permita hacer una vida, tener una familia, y ser tratados y considerados con decoro por los suyos, todo esto hay que pagarlo porque no es gratis. Al igual que el amor que tiene un precio que inevitablemente hay que pagar, si no llegas y te quedas, eres un marginado de la sociedad y del amor. Si no chupas del bote estás completamente perdido, desde un funcionario por hacer papelitos que no valen para nada justificando que hace algo, hasta un abogado por redactar una demanda de separación de unas cuantas hojas, hasta con faltas de ortografía y muy mal redactado en muchos casos, o de cualquier otro asunto penal o mercantil, que se puede llevar una minuta de 5.000 euros en un momento, y si no lo haces, entonces pasas a engrosar la lista de esclavos de los que están enganchados al sistema y chupan de él, obligado a trabajar por unas cantidades rídiculas que te quieran dar... Como los trabajadores en precario permanentemente por una miseria de dinero, los sirvientes, los comerciantes que pagan alquileres y traspasos millonarios a especuladores e inversionistas de locales, para poder ganar algo, y de los millones de inmigrantes que vienen de sus países huyendo de la miseria y del hambre, etc...
¿Cuál sería el mayor descubrimiento en la historia de la humanidad? ¿Una vacuna contra el cáncer?¿Un medicamento para alargar la vida de las personas hasta límites insospechados de cientos de años?¿La energía limpia, rápida, barata e inagotable para siempre?¿La conversión del plomo en oro?¿Vencer las grandes distancias en el espacio para recorrer el universo en lo que es la vida de una persona? Pues no, ninguna de estas proezas sería la más importante en la historia de la humanidad... Lo más grande que jamás pueda descubrir el ser humano, sería una vacuna contra la estupidez, para evitar irrogar daño a los demás por el placer de hacerlo sin ganar nada a cambio, de alegrarse del mal ajeno de personas que no te han hecho nada, de reírse de las desgracias ajenas, del discapacitado, del demente, del mendigo, de la mala suerte, del fracaso y del engañado por alguien. ¿Hay algo más estúpido que eso? La cantidad de estupideces que se hacen día a día, las energías y esfuerzos inútilmente gastados para nada, quizás sólo para justificar el dinero que se llevan todo los meses. El tiempo malgastado, el mal que se hace sin motivo ni excusa posible, los esfuerzos por perjudica a los débiles y desamparados para quitarles lo poco que tienen, las mentiras y falsedades para perjudicar a aquellos que no les han hecho nada. La muchedumbre, está tan dolorida y rencorosa, de los palos que han recibido por el desconocimiento del sistema, que están al acecho para ver si encuentran la oportunidad de vengarse de otros, que ni siquiera conocen y que no les han hecho nada. Se ensañan con los que no pueden protegerse... Si lográramos acabar con la estupidez en el mundo, habría más justicia social, no habría tanto vanidoso y soberbio que se creen que lo que tienen se lo merecen, no se malgastaría la vida de las personas de la forma que se hace, no habría guerras, se repartiría más igualitariamente los recursos disponibles, no habría prejuicios ni etiquetas. Seríamos todos iguales de verdad... Lo que ocurre es que el aprendizaje y la formación no curan la estupidez, porque existe mucho ciudadano culto que es profundamente estúpido porque se cree que es mejor que los demás porque tiene más dinero, o porque su familia es más pudiente y de mejor estirpe, o porque tiene un oficio u ocupación que le reporta muchos más beneficios. Se nace con la estupidez y pasa de generación en generación, se hereda, además los estúpidos tienen tendencia a unirse y casarse entre ellos, porque se atraen como un imán, perpetuando la estupidez mucho más en el tiempo, hasta se termina incrustando en el código genético. La ignorancia es gran espacio vacío que se puede ir rellenado poco a poco con conocimientos y trabajo duro de observación y estudio, pero la estupidez es el mismo espacio con varios agujeros por todos los sitios, que por mucho que se eche en él conocimientos, jamás se conseguirá nada, porque se vaciará continuamente, lo que entra por un lado sale por el otro...
|