Tanto tienes tanto vales (II) ¿pero cuánto valgo?
La idea que me ronda es que mirando hacia atrás no se si salvaría de una hipotética quema más de 5 historias (por decir un número redondo, puede que fueran menos).
Normalmente, tras el rimbombante (y exitoso, si miramos las búsquedas de Google que vienen apuntando a este piso; a veces vale más un poco de intuición o suerte, que miles de estudios de mercado) nombre se esconde poca cosa: escritos a vuelapluma (vuelatecla?) sobre asuntos variados, sin mucho orden ni coherencia; y lo peor: la mayoría de las veces poco trabajados.
Cuidado. No crean que estoy aquí en blogalia con complejo de inferioridad ni nada parecido. Escribo lo que escribo, como lo escribo y es lo que hay: nadie viene obligado, ni le cuesta un duro (salvo al presidente, que el sabrá). Trato de no engañar a nadie ni obtengo beneficios ocultos asi que si alguien me lee (y parece que tengo no menos de media docena de lectores fijos a los que a mi vez leo con avidez) es porque algo verá por aquí que pueda servirle de interés.
Eso tampoco me impide ver la diferencia con algunos convecinos que amplían contínuamente el conocimiento de los visitantes que asoman por aquí (y del mundo por extensión, que todo queda a la vista y disponible para el futuro), y que esa es una labor encomiable y digna de admiración.
¿A qué viene este rollo? es sábado, va faltando poco (parezco un comercial de esos grandes almancenes que todos conocen, anticipandome un mes al dichoso final) para que termine el año (tiempo triste, y que además nos obliga a pasar revista a lo acontecido en los meses anteriores). También falta poco para cumplir un año en esta comunidad (que a su vez cumplirá un año un día de estos ¿presidente?, la verdad es que miro ahora y aún falta, jeje). El año que se acerca será un poco especial (permanezcan atentos sobre eso; o no, se lo contaré igualmente ...). Se me ocurrió hablar sobre lo de arriba, pero no se a dónde quiero llegar con eso.
Si que se me siento a gusto aquí (y no es algo fácil ni habitual, si lo piensan).
Y eso hay que decirlo, aunque sólo sea de vez en cuando.
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