Se armará el belén
El caso es que aquí comienza mi esquizofrenia (creo que es esa la figura, algún amable lector me corregirá). Por un lado abomino de todo ese derroche y consumismo. Pero por otra parte, los que sean habituales de esta su casa, saben que tengo una hija de 5 años. Para un niño así esta festividad es pura magia: luces, adornos (cuanto más horteras mejor), el belén, el árbol, los regalos, ....
De momento, ya hemos sucumbido a dos tentaciones: comprar una barra de turrón (hace dos navidades estuvimos comiéndolo hasta casi semana santa, la carne es débil). Y un cagón: si, ese personaje del belén un tanto irreverente (y por lo tanto tan sano para la mente) que simula a un pastor haciendo sus necesidades y enseñando el culo (vaya, estoy pensando que poner esa palabra hará que esta página sea incluida en algún filtro anti-noSeQué; si estuviera en inglés, seguro. En castellano no se como anda el mercado de desarrollo de ese tipo de filtros. Esto me preocupa: entiendo que esta página es una lectura para adultos y personas con formación suficiente; pero si declaro eso automáticamente empezarán a aparecer por aquí personas buscando 'sensaciones fuertes'. ¿Cómo lo ven?).
Más adelante montaremos el belén. No sé cuál será la actitud de los convecinos blogalitas, escépticos convencidos y declarados como son. Pero ya saben que (como decía, más o menos, aquél) hay razones del corazón que la cabeza no puede entender.
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