Los nombres, las cosas, y los nombres de las cosas
El tema de la identidad en la red me resulta especialmente atractivo (Recuerden El nombre de la cosa, o Los nombres y las cosas. La comunidad bitacorera hispana).
En esta ocasión esto se mezcla con otro asunto que también me interesa, la reputación (o credibilidad, o fiabilidad, o ¿me puedo creer lo que dice este bitacorero? -Recuerden La blogosfera, los comentarios, la confianza, ... , Bitacoreo vs periodismo (y réplica bitacorera) ).
Todo esto tiene que ver con algunos comentarios de la historia de JJ, ¿Ética blogger? ¿Mande?. Lamentablemente, todavía no he leido la historia de José Luis, asi que no puedo opinar.
Tengo mas o menos claro que la cosa no tiene que ver con _el_ nombre, sino con un nombre, y voy a tratar de explicarme, aunque no mucho.
Primero, porque como nos recordaba Espada en el congreso de periodismo el anonimato me parece fundamental: Intenet como ningún medio nos permite valorar las opiniones y las reflexiones por sí mismas y no por quien las dice (me repito, lo se).
Segundo, porque me parece mas interesante para conocer, por ejemplo, a José Luis esto y cosas como estas otras, que lo que dice de si mismo en su perfil.
Seguro, en ambos casos uno puede crearse un personaje, pero es que eso también es defendible, bueno y saludable.
Con cierta frecuencia me preguntan ¿qué fiabilidad tiene un bitacorero?, mi respuesta siempre es parecida a esto: pues según, lo mismo que El País (ponga aquí su diario favorito, o el que mas odie). Para algunas cosas mucha, para otras nada y para la mayoría, con cuidado.
La credibilidad y la fiabilidad no se consiguen por ser, digamos, registrador de la propiedad, o funcionario de prisiones. Se consiguen, se tienen, y se pueden perder, a lo largo del tiempo. Sin mas.
Claro. Eso es mas trabajo para nosotros. Lo fácil sería saber que uno pone el telediario de las 20:45 en el canal illo y todo lo que cuentan es certero, fiable y real.
Pero el mundo no es así, y tenemos una responsabilidad: enterarnos y permanercer alerta sobre lo que va pasando.
Por que si no nos la meterán.
Por donde mas nos duela.
Y en quien mas confiemos.
En todo caso, y para aligerar un poco toda esta casi-trascendencia, lean sobre el uso de los nombres en Britni Espirs, o Blogs y publicidad, y blogueando sólo por la pasta.
Actualización: Y, como casi siempre, se me olvidaba algo: Carlos Sobera bitacorea, lo cuentan en Carlos Sobera crea un weblog para promover el apadrinamiento infantil. Aquí tenemos el caso contrario: alguien que cede su nombre para una causa (que suponemos noble). Seguramente (pero no lo se) ni siquiera escribe él. Además, no se admiten comentarios.
Hace un año
Bitacoreando y mas y Carteles. Lo quitaron.
En esta ocasión esto se mezcla con otro asunto que también me interesa, la reputación (o credibilidad, o fiabilidad, o ¿me puedo creer lo que dice este bitacorero? -Recuerden La blogosfera, los comentarios, la confianza, ... , Bitacoreo vs periodismo (y réplica bitacorera) ).
Todo esto tiene que ver con algunos comentarios de la historia de JJ, ¿Ética blogger? ¿Mande?. Lamentablemente, todavía no he leido la historia de José Luis, asi que no puedo opinar.
Tengo mas o menos claro que la cosa no tiene que ver con _el_ nombre, sino con un nombre, y voy a tratar de explicarme, aunque no mucho.
Primero, porque como nos recordaba Espada en el congreso de periodismo el anonimato me parece fundamental: Intenet como ningún medio nos permite valorar las opiniones y las reflexiones por sí mismas y no por quien las dice (me repito, lo se).
Segundo, porque me parece mas interesante para conocer, por ejemplo, a José Luis esto y cosas como estas otras, que lo que dice de si mismo en su perfil.
Seguro, en ambos casos uno puede crearse un personaje, pero es que eso también es defendible, bueno y saludable.
Con cierta frecuencia me preguntan ¿qué fiabilidad tiene un bitacorero?, mi respuesta siempre es parecida a esto: pues según, lo mismo que El País (ponga aquí su diario favorito, o el que mas odie). Para algunas cosas mucha, para otras nada y para la mayoría, con cuidado.
La credibilidad y la fiabilidad no se consiguen por ser, digamos, registrador de la propiedad, o funcionario de prisiones. Se consiguen, se tienen, y se pueden perder, a lo largo del tiempo. Sin mas.
Claro. Eso es mas trabajo para nosotros. Lo fácil sería saber que uno pone el telediario de las 20:45 en el canal illo y todo lo que cuentan es certero, fiable y real.
Pero el mundo no es así, y tenemos una responsabilidad: enterarnos y permanercer alerta sobre lo que va pasando.
Por que si no nos la meterán.
Por donde mas nos duela.
Y en quien mas confiemos.
En todo caso, y para aligerar un poco toda esta casi-trascendencia, lean sobre el uso de los nombres en Britni Espirs, o Blogs y publicidad, y blogueando sólo por la pasta.
Actualización: Y, como casi siempre, se me olvidaba algo: Carlos Sobera bitacorea, lo cuentan en Carlos Sobera crea un weblog para promover el apadrinamiento infantil. Aquí tenemos el caso contrario: alguien que cede su nombre para una causa (que suponemos noble). Seguramente (pero no lo se) ni siquiera escribe él. Además, no se admiten comentarios.
Hace un año
Bitacoreando y mas y Carteles. Lo quitaron.
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2005-02-10
01:00
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