El otro día leía este artículo de Enrique Dans: Tecnología ... ¿para qué? (pdf) donde se comenta (y rebate) cierta tendencia actual a considerar la tecnología irrelevante, o carente de valor. La idea sería que, como la tecnología está al alcance de todo el mundo, ya no supone una ventaja competitiva, y en algunos casos valdría la pena esperar a que otros la prueben. A mi esto me recuerda lo que dijo Kjell Nordstrom (recuerden Encuentro Walqa. Lo que vi/entendí (y V)) cuando hablaba de que la tecnología no era la clave porque todo el mundo la tenía (pero la consideraba necesaria, aunque no suficiente).

El caso es que después lei este otro, que encontré en Staff want their employers to 'disorganise'. La idea es simple y complicada a la vez: ya ha pasado el tiempo de las organizaciones super-jerarquizadas y lo que se fomenta (y tiene éxito ahora) es otro tipo de empresas en la que los empleados tienen mas libertad para decidir como realizan su trabajo y cómo se organizan. La verdad es que el informe empieza bien y termina bastante aburrido, pero igual alguno de ustedes le saca mas partido que yo. Vean Why future organisations must 'loosen up'.

¿Qué tiene que ver con lo de antes? Bueno, creo que esta desorganización tendrá que ver con la tecnología que pueda tener la empresa para proporcionar apoyo a su gente en las diferentes formas de trabajo y organización que puedan adoptar. Y también con algo que hemos dicho en tiempos pasados: la tecnología debería proporcionar apoyo a diferentes tipos de interacción, porque las personas son diferentes y cada uno nos enfrentamos (o deberíamos poder enfrentarnos) a los problemas de formas diferentes.

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