La evaluación del profesorado a debate
En nuestro contexto se acostumbra a evaluar al profesorado a través de encuestas que rellenan los estudiantes. Esa es la base mínima que sirve para casi todas las universidades aunque, como signo de los tiempos, nuestras agencias se han empeñado en complicar en esa eterna carrera de la rata en la que andamos sumidos (sin beneficios aparentes, si me pregunta mi opinión personal).
Últimamente se está oyendo que esto podría llegar al profesorado de enseñanzas medias y parece (o igual mis seguidos en Twitter están sesgados) que despierta cierto recelo. Encuentro, por ejemplo, este: La comunidad educativa pide al Gobierno que los alumnos evalúen a los profesores en la ESO.
No es que yo me oponga a las evaluaciones, ya lo decía Lord Kelvin, si no lo puedes medir, no puedes mejorarlo:
Pero, claro, no hay que olvidar que no somos robots (ni los evaluadores, ni los evaluados). Decía Willian Bruce Cameron que no todo lo que se puede contar cuenta, ni todo lo que cuenta se puede contar:
Así que el sistema debería tener en cuenta estas cosas y aplicarlas con sabiduría.
Casi nada.
Y estando en eso, nos enteramos de la noticia: Arbitration decision on student evaluations of teaching applauded by faculty. En Canadá se emitió una decisión sobre el efecto de estas evaluaciones de estudiantes en la carrera profesional del profesorado.
Estas encuestas serían relevantes para capturar la experiencia del estudiantado, pero estarían sesgadas como herramienta para medir la efectividad de la enseñanza.
Parece que el fenómeno de las encuestas realizadas en línea ha provocado el
descenso en la realización de las mismas (a nivel global, si hacemos caso
al texto)
It’s a position faculty have argued for years, particularly as SETs migrated online and the numbers of students participating plummeted, while at the same time university administrations relied more heavily on what on the surface seemed to them a legitimate data-driven tool.
Proponen evaluación por pares e informes de docencia, como indicadores más confiables:
Para pensar.
Últimamente se está oyendo que esto podría llegar al profesorado de enseñanzas medias y parece (o igual mis seguidos en Twitter están sesgados) que despierta cierto recelo. Encuentro, por ejemplo, este: La comunidad educativa pide al Gobierno que los alumnos evalúen a los profesores en la ESO.
No es que yo me oponga a las evaluaciones, ya lo decía Lord Kelvin, si no lo puedes medir, no puedes mejorarlo:
Pero, claro, no hay que olvidar que no somos robots (ni los evaluadores, ni los evaluados). Decía Willian Bruce Cameron que no todo lo que se puede contar cuenta, ni todo lo que cuenta se puede contar:
Así que el sistema debería tener en cuenta estas cosas y aplicarlas con sabiduría.
Casi nada.
Y estando en eso, nos enteramos de la noticia: Arbitration decision on student evaluations of teaching applauded by faculty. En Canadá se emitió una decisión sobre el efecto de estas evaluaciones de estudiantes en la carrera profesional del profesorado.
In a precedent-setting case, an Ontario arbitrator has directed Ryerson University to ensure that student evaluations of teaching, or SETs, “are not used to measure teaching effectiveness for promotion or tenure.” The SET issue has been discussed in Ryerson collective bargaining sessions since 2003, and a formal grievance was filed in 2009.
Estas encuestas serían relevantes para capturar la experiencia del estudiantado, pero estarían sesgadas como herramienta para medir la efectividad de la enseñanza.
While acknowledging that SETs are relevant in “capturing student experience” of a course and its instructor, arbitrator William Kaplan stated in his ruling that expert evidence presented by the faculty association “establishes, with little ambiguity, that a key tool in assessing teaching effectiveness is flawed.”
Parece que el fenómeno de las encuestas realizadas en línea ha provocado el
descenso en la realización de las mismas (a nivel global, si hacemos caso
al texto)
It’s a position faculty have argued for years, particularly as SETs migrated online and the numbers of students participating plummeted, while at the same time university administrations relied more heavily on what on the surface seemed to them a legitimate data-driven tool.
Proponen evaluación por pares e informes de docencia, como indicadores más confiables:
“I think university administrations need to recognize that if they’re committed to quality teaching, if they want to monitor and evaluate performance, they have to use instruments that actually do measure teaching effectiveness in a way that these student surveys do not,” said Dr. Tennant. Peer evaluations and teaching dossiers, for instance, have been shown to be more reliable as indicators of teaching effectiveness than SETs, he said.
Para pensar.
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2019-01-16
17:17
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