Diez alternativas para configurar los apellidos de las nuevas personas nacidas
Básicamente, porque puestos a cambiar las costumbres en aras de la igualdad, el procedimiento debería perseguir verdaderamente la igualdad y, deseablemente, incluir algo de creatividad y alegría.
Por este motivo, desde AHILASDAO (Asociación de HIj@s Liados Ante Supuestos Desórdenes en el Apellido Otorgado) nos atrevemos a proponer las siguienes alternativas:
- Orden alfabético inverso. ¡Basta ya con la supremacía del orden alfabético! Los que tenemos apellidos con letras del final del alfabeto siempre somos los últimos (tiene sus ventajas, en el cole también nos preguntaban al final) y cualquier cosa nos toca más tarde que los demás.
- Orden con letra inicial variable. Cada año se utilizará como primera letra en la ordenación una elegida aleatoriamente, que actuará como inicio del alfabeto. Aquí se incluye variedad en las posibles ordenaciones y se rompe la homogeneización.
- Sorteo. Con eso de la igualdad y que el orden está prefijado estamos poniendo un incentivo a que uno de los dos cónyuges (el A o el B) no tenga interés en alcanzar un acuerdo. Deberíamos serparar el problema: hay acuerdo o no hay acuerdo; y luego, si no lo hay, se decide el orden por sorteo (en el mejor espíritu de la Alianza de las Civilizaciones, hay que favorecer los consensos; un ganador prefijado no lo favorece en absoluto).
- Sorteo ampliado. ¿Y los abuelos y las abuelas qué? Para obtener una mayor diversidad de apellidos, ¿tendría sentido elegir entre los dos apellidos del progenitor A y los dos apellidos del progenitor B para darle más sabor a la cosa? Esto sería, sin duda, una suerte de igualdad retroactiva que algunas abuelas (sobre todo ellas) apreciarían.
- Combate singular. Una vez constatado que el progenitoriado no alcanza acuerdo se elige un sistema de desempate: desde una partida a las tabas, a una competición de novela (gana el que primero se lleve el premio Planeta; o la Flor Natural del concurso literario de Alpedrete). No hay que decir que el combate habrá de ser basado en medios no violentos.
Pero, hasta ahora, estamos haciendo propuestas bastante convencionales y continuistas, podemos sugerir algunas otras más creativas:
- Mezcla. Un nuevo ser (o nueva sera) es el fruto de la unión entre dos personas. ¿Puede haber más unión que mezclar los apellidos? Letra a letra, por sílabas o según el método que se determine. Tenemos cumplido el objetivo de la igualdad y además aparece el de la diversidad. Sin embargo, habría que tener cuidado con las mezclas impronunciables o sólo utilizables por kazajos y servocroatas (hablando siempre de facilidad de pronunciación y sólo de eso).
- Mezcla numérica. Podemos asignar a cada letra un valor. De esta forma, cada apellido es un número; sumamos los apellidos del progenitoriado y traducimos el resultante de nuevo a valores alfabéticos. Mismos problemas del caso anterior. Aseguraría un mercado floreciente entre numerólogos, arúspices y otras profesiones al servicio de la interpretación de los resultados.
- Apellidos inventados. Ya está pasando con los nombres (no pondremos ejemplos para no herir susceptibilidades); dependiendo del juzgado correspondiente y de la habilidad transcriptora y la manga ancha del funcionario (o de la funcionaria) estamos viendo una cierta creatividad en los nombres, ¿por qué no liberalizar el resto? Si uno ha sido castigado con un apellido que no le gusta, ¿no tendría sentido evitárselo a su descendencia? ¿Qué tal Yeni Cogió Sufusil o bien, Leni Güiar Dechampions? O claro, Luis 1234 4321X.
- Lo que diga Google. Ponemos los nombres y apellidos del progenitoriado, el nombre de pila de la persona recién nacida, se ponen en la caja de búsqueda y se eligen como apellidos las dos primeras palabras que aparezcan como resultados naturales de la búsqueda. Se abre todo un abanico de posibilidades con los resultados y la forma de realizar la búsqueda. Preveo el nacimiento de los SEN (Search Engine Nominator) como profesión.
- La diez la proponen ustedes. Que la tradición no nos haga caer en aburridas combinaciones, que ya sabemos a donde llegan y lo que se puede esperar de ellas.
Firmado: Ana Abadía Abenta, Presidenta. Zenón Zurito Zumalacárregui, Secretario.
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